Trasladando conceptos de la escala urbana a la escala doméstica Gaspar Libedinsky propone plasmar el vínculo ya establecido entre arquitectura y cuerpo.
Utilizando la alfombra, un medio que puede definirse como materialmente preciso para la domesticación de las asperezas de la arquitectura realiza recortes que se pliegan sobre si mismos para obtener de allí una arquitectura en zapatillas.
Allí donde habría una relación demasiado dura, directa y descarnada con el suelo plantea una arquitectura respecto de la cual el cuerpo no está “en frente” ni “adentro” sino “en”. La obra consiste en dos siluetas aladas recortadas de moquette 100% pura lana virgen y plegadas para convertirse en un par de pantuflas de ensueño con estacionamiento propio.